Me tira al suicidio este pinchazo
tremendo entre los ojos
que se siente al reprimir las lágrimas,
y la certeza de vivir al borde del llanto,
tormenta silenciosa que arrasa mi alma.
Es este árido y yermo páramo mi cuerpo,
es esta jaula, esta armadura, este yelmo,
es esto, que no es más que nada,
y tanto temo perder, para nacer de nuevo.
Ojala pasando el tamiz de la muerte
queden expiados mis yerros.
Ruiseñor
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